Conoce cada fase de la FIV: estimulación ovárica, punción, fecundación, cultivo embrionario, transferencia y cuidados posteriores.
La fecundación in vitro (FIV) reproduce en el laboratorio lo que normalmente ocurre en las trompas de Falopio: el encuentro entre óvulo y espermatozoide, la fecundación y el inicio del desarrollo embrionario. Se indica cuando existe factor masculino severo, obstrucción tubárica, endometriosis avanzada, fallos previos de inseminación artificial o edad materna superior a 37 años.
El proceso comienza con la administración diaria de hormonas por vía subcutánea durante 8-10 días. El objetivo es que el ovario produzca varios óvulos (no solo uno) para aumentar las probabilidades de éxito. Cada dos o tres días se realizan controles ecográficos y análisis de estradiol para ajustar la dosis y determinar el momento óptimo de la punción.
Cuando los folículos alcanzan el tamaño ideal, se aplica una inyección desencadenante de la ovulación. Unas 36 horas después se extraen los óvulos mediante una punción vaginal guiada por ecografía. El procedimiento dura pocos minutos, se realiza bajo sedación suave y no requiere ingreso. En el mismo acto, la pareja aporta la muestra seminal; si fuese necesario, puede utilizarse semen congelado o recuperado mediante biopsia testicular.
Al día siguiente se comprueba la presencia de dos pronúcleos, señal de que la fecundación se ha completado.
Durante los siguientes tres a cinco días los embriones se mantienen en incubadores de última generación que controlan temperatura, pH y gases. Daily, el equipo valora su división celular, simetría y fragmentación para elegir los de mayor potencial de implantación. Los excedentes de buena calidad pueden vitrificarse para ciclos futuros.
La transferencia se realiza por vía vaginal con un catéter flexible. Se depositan uno o dos embriones en la cavidad uterina, guiados por ecografía, evitando así molestias y sin necesidad de anestesia. Tras el procedimiento, la paciente permanece en reposo unos 15 minutos.
La progesterona vaginal prepara el endometrio y sostiene la fase lútea. Doce a catorce días después de la transferencia se mide la hormona β-hCG en sangre; un resultado positivo se confirma con ecografía a la sexta semana de gestación.
Para mujeres con riesgo de hiperestimulación ovárica se puede optar por maduración in vitro (IVM): se extraen óvulos inmaduros y se finaliza su maduración en el laboratorio. Asimismo, técnicas como el afinamiento de la zona pelúcida pueden ayudar en casos de fallos de implantación repetidos.
Video sobre Fecundación In Vitro FIV
Conocer el recorrido completo de la FIV permite afrontar el tratamiento con expectativas realistas, reducir la ansiedad y colaborar de forma activa con el equipo médico. La combinación de ciencia, precisión y acompañamiento emocional hace posible que cada vez más familias logren su sueño de ser padres.