En la actualidad, la forma en que vivimos nuestras vidas para una parte de la población con la posibilidad de fecundar o tener familia no es tan importante como ver realizados nuestros sueños como:
- Terminar nuestros estudios, tener una carrera,
- Luego, desarrollarnos como profesionales y ser exitosos
- También impera la consecución de nuestra hogar «techo seguro y garantizado»
- y luego… tener nuestros hijos, incrementar la familia.
Con el transcurrir del tiempo nos llegó la hora de tomar la decisión, en ese mismo transcurrir los seres que nos aprecian y nos quieren suelen preguntarnos ¿Y para cuando van a tener familia? ¿Y nuestros nietos? para cuando lo van a dejar y así transcurren los años respondiendo con las evasivas corrientes, ahora no es tiempo…, primero vamos a disfrutar nuestro matrimonio…, por ahora vamos a disfrutar porque si tenemos los hijos es mucha responsabilidad… y así va transcurriendo el tiempo.
Y, si por el contrario decidimos casarnos después de los 30 por mil y unas razones, donde lo que queríamos lo logramos, estamos dispuestos y decidimos tener hijos, no nos cuidamos, pasa el tiempo y nada, la respuesta a lo natural no sucede, empezamos a desesperarnos, la familia y nuestros seres queridos incluyendo nuestros amigos empiezan a preguntar: ¿Para cuándo?, ¿Qué van a esperar?, tienen mucha edad y cuando estén adolescente ya Uds. no van a poder con ellos. Y con ese transcurrir del tiempo, nuestro deseo de tener un hijo, se ve frustrado con cada mes que nos indica, no saliste embarazada, entonces vienen los reproches, las palabras que hieren, ¿Quién es el culpable?; y así empezamos a lesionarnos mental y emocionalmente, hasta que tomamos conciencia, si nuestro deseo de tener un hijo se intensifica, aumenta el stress, entonces decidimos ir al médico para saber cuál es el problema.
LA CONSULTA:
La ida al médico, las pruebas, los exámenes, el resultado… Nuestro diagnóstico… Horror… ¿Eres tú?, ¿Soy yo?; en ese ínterin se nos olvida lo más importante nuestro estado emocional, mental y físico; entonces comienza nuestra odisea, lo que pienso yo de la situación, lo que piensa mi pareja, lo que piensan los que me rodean y dependiendo de la forma de pensar o alimentar nuestra mente, positivo o negativo va transcurriendo nuestra historia, se da inicio a la batalla, ¿Por qué pongo batalla? Porque empiezan los adjetivos calificativos, empieza la carrera contra el tiempo, nuestra relación sexual, ya no es entrega natural, sino la temperatura, este es el momento, la posición busquemos cual para procrear, laceramos nuestra autoestima o la de nuestra pareja. Y vienen los reproches, las palabras que hieren.
EL DIAGNÓSTICO:
La palabra dada a través del profesional de fertilidad, tan esperada por todos, caso real: «mujer de 36 años, tienes los ovarios como una vieja de 80» o sus espermatozoides son… O todo está en regla, los dos están sanos para tener hijos y volvemos a preguntarnos Que interfiere? Que bloquea? Vuelven… los reproches, las palabras que hieren.
LA TOMA DE DECISIONES:
Adoptamos, esperamos? Vamos a un especialista de fertilidad? calladamente en nuestra intimidad, escribimos nuestra historia, los reproches, para que espere, y si hubo un aborto, aflora la culpa, porque lo abre hecho, si el diagnóstico favorece a la mujer, empieza yo puedo él no, que hago, y si favorece al hombre? Imagínense en la privacidad, en el silencio, en la soledad, en la noche, van y vienen pensamientos, ideas, frases, que lesionan. Mientras tanto nuestro YO va desapareciendo de nuestra mente, nuestros sentimientos catapultados, Y vienen los reproches, las palabras que hieren.
¿COMO PUEDO AYUDARME O COMO PODEMOS AYUDARNOS? HAY HERRAMIENTAS?
Sí, si hay herramientas de ayuda, asistir a un terapeuta, asistir a un terapeuta sistémico hacer mándalas, imposición de manos, PNL, meditaciones, lo importante aquí es lograr el equilibrio y liberar la ansiedad, cambiando nuestros hábitos alimenticios, etc.
Esto nos permite ver la vida con ojos diferentes, más positivos, enfrentar los inconvenientes de forma más controlada, fortaleciendo nuestro estado de bienestar requerido por cualquier persona que esté en el proceso de fertilidad.
Si comenzamos a conocer nuestra historia familiar y si estas en pareja, la de los dos, saber cómo fue nuestra concepción, gestación y nacimiento, la trayectoria de nuestra infancia, adolescencia y la llegada de la adultez, los traumas; esto también incluye la de nuestros padres, abuelos y si puedes nuestros bisabuelos. Sanar nuestra historia familiar o asentir la historia y mirar, libera.
Las creencias, pensamientos e ideas de la familia, lo bueno y lo no tan bueno es liberador, ¿Que estoy repitiendo?, ¿A quien estoy siendo fiel?,
¿El stress? ¿Como lo liberó y llego al punto de equilibrio mental, emocional, espiritual y físico. Y enfrentar los inconvenientes de forma más controlada?
Dando los pasos y si ese es en este momento tu gran deseo, lograr tu equilibrio y el estado de bienestar requerido en el proceso de fertilidad, estás en el lugar correcto.
AVAFERT te acompañará y te orientará en la forma de tratarte y hacer cambios.
Hay asistencia para tu propósito.
ACUNAR EN TUS BRAZOS TU BEBE
Luisa Maritza Armas Aldrey