2. Frase: “Siente y activa tu tranquilidad, serenidad y calma” – Técnica: Relajación Profunda
RELAJACIÓN PROFUNDA
La relajación es aflojar el tono muscular, a través de distintos métodos que existen para conseguirlo. Pero también tiene otras finalidades igualmente atractivas como la de provocar en el sujeto un mundo de sensaciones y evocaciones, una “inmersión introspectiva. La relajación es la inmersión en un estado de conciencia, que se busca voluntaria y libremente con el propósito de alcanzar calma, paz, felicidad y alegría. El proceso de relajación y la respiración Ambiente adecuado Para iniciar la relajación, bien sea después de una sesión de ejercicios o simplemente luego de un día de trabajo, lo ideal es sentarse o acostarse en un lugar silencioso, dentro de un ambiente calmado, de temperatura agradable, donde uno pueda sentirse cómodo, cerrar los ojos y comenzar la relajación tomando conciencia de la respiración.
La mayoría de las personas respiramos mal y no estamos conscientes de ellos. El estrés y la ansiedad nos hacen contener la respiración y al dejar de respirar, aumentan el miedo y la ansiedad por la escasa ventilación aérobica.
Por tanto, la relajación siempre se inicia con la toma de conciencia de la respiración. El oxígeno, aumenta la capacidad energética del organismo y su movilidad; la fatiga y la mala ventilación, producen déficit de energía y nos hacen sentir deprimidos (Smollerm, 1996).
Una respiración eficaz y profunda hace fluir los sentimientos, carga al cuerpo de energía y mejora nuestra calidad de vida.
Los ejercicios respiratorios deben comenzar desde una postura cómoda, buscando el relax de la tensión muscular y estimulando la respiración, eficaz, consciente, profunda y de balanceo tórax-abdomen-abdomen-tórax.
La boca ha de estar ligeramente abierta. Brazos a lo largo del cuerpo. Pies paralelos. Al principio basta con tres o cuatro respiraciones profundas, más adelante pueden realizarse seis o siete, descansar un minuto y volver a repetir.
En la posición inicial hay un primer tiempo de expirar despacio por los labios entre abiertos, deprimiendo el tórax todo lo más posible y luego el abdomen.
Inspirar despacio el aire por la nariz, mientras se relaja el abdomen, el aire entra suavemente en los pulmones y cuando el aire ensancha la parte inferior del tórax, seguir inspirando para producir un movimiento de elevación de abdomen.
Siguiendo el ritmo de inhalar y exhalar se empieza a tensionar y destensar los músculos de arriba hacia abajo o al revés. Uno escoge su propio camino. De este modo se logran identificar y aliviar los puntos de tensión que son más difíciles de relajar en el cuerpo.
Lo importante es concentrarse en la respiración y evitar pensamientos inquietantes o perturbadores, nade de pensar en la agenda del día, en cuentas ni en asuntos pendientes. Si surgen estos pensamientos, hay que descartarlos tranquilamente y continuar con la respiración.
Beneficios de la relajación profunda
a. Disminuye del estrés y la ansiedad, lo cual además ayuda a pensar con mayor claridad y a ser más creativos.
b. Elimina la tensión muscular y con ellos los dolores.
c. Aumenta el nivel de conciencia.
d. Incrementa el reposo y ayuda a lograr un descanso más profundo.
e. Eleva la resistencia frente a las enfermedades.
f. Contribuye a mantener en equilibrio la tensión arterial.
g. Mejora la oxigenación y aumenta la energía y la vitalidad.
h. Estimula a que predominen en nuestra mente los pensamientos positivos.
Cuando la relajación se convierte en una práctica diaria, sus beneficios son mayores. Por lo que se recomienda dedicar por lo menos 10 minutos diarios a la relajación, considerando que es el regalo que uno se hace por el esfuerzo de cada día.